Hoy la Avenida de los Insurgentes se pintará de azul y amarillo, desde Nápoles hasta Ciudad de los Deportes. San Antonio y San Pedro no se darán abasto de trenes naranjas. La plaza de toros pasa a segundo plano, detrás de las miles de banderas y decenas de revendedores que se aglutinan tratando de sacar los boletos. "Luego me dicen, métete al juego, me sobraron estos boletos", me dice un bolero a dos cuadras del estadio. A hora y media de que los boletos salieron a la venta, se agotaron. Lleno total se espera, en el famoso y hundido Azul, de esos estadios que tienen la facha de europeos, pero que ya no está a la altura de un fútbol de máximo nivel.
Con mucha más expectativa que en semestres anteriores, hoy se juega a las 17:00 horas, una edición más del llamada Clásico Joven en el Estadio Azul de la colonia Nochebuena.
Con el Chaco Giménez y el Chucho Benítez en duda, Cruz Azul y América prometen, con las clásicas y repetitivas declaraciones semanales, deleitarnos con un juego digno de su historia.
El Piojo Herrera amenaza con ganar los tres clásicos y Pavone busca repetir su doblete de la pretemporada; dicen los dos que en 3 meses ya sienten los colores.
Ambas escuadras con 13 puntos, buscan remontar posiciones apuntando a colarse a la liguilla. Las Águilas, con 14 goles, es la segunda mejor ofensiva del torneo y se enfrentan a unos Cementeros que este torneo han aumentado notablemente su nivel defensivo, siendo el mejor equipo en este rubro.
Sin duda, este será un duelo bastante parejo, seguido por miles de aficionados nerviosos, sobre todo aquellos que apostaron desde una cerveza hasta la dignidad.
Esperemos un buen espectáculo deportivo y que los aficionados logren discernir entre juego y locura.
Por: EDER BAYUELO
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