viernes, 28 de septiembre de 2012

Crónicas futboleras.

Por: Luis González


México 4-3 Brasil
4 de Agosto de 1999

El Estadio Azteca se preparaba para ser testigo de una final sumamente importante ¿por qué lo era? Sencillo: era una final en casa, en el Coloso de Santa Úrsula, una plaza complicada, donde pocos equipos pueden salir victoriosos. Además, no era una final cualquiera: era la final de un torneo de naciones avalado por FIFA, y para coronarse campeón había que vencer a un grande del fútbol: Brasil.

El panorama no se veía sencillo, tampoco se veía imposible la idea de derrotar a la verdeamarelha, y es que México venía de ganar en las semifinales ante Estados Unidos con gol de oro de Cuauhtémoc Blanco, mientras el cuadro sudamericano se había dado un festín frente a Arabia Saudita, goleándolo 8-2.


Al final el objetivo se logró, quedando México campeón ante su afición con un 4-3 vs. Brasil, pero ¿cuáles fueron las claves del éxito mexicano? Aquí enumeramos las 5 más importantes:

     1) La afición: como se ha comentado antes, el Estadio Azteca es una donde México se hace fuerte, engrandece, juega la mayoría de sus partidos de forma perfecta y aprovecha que el rival se conmociona ante la cantidad de aficionados, así como el estruendoso apoyo de una afición que siempre responde.

     2) Un México ofensivo: “La mejor defensa es el ataque”. Claramente México se “defendió” desde el principio, generando jugadas interesantes, teniendo idea, proponiendo el partido, teniendo paciencia y ahogando al cuadro sudamericano desde la salida.

     3) Un Tri con idea: antes mencionado, aunque habrá que hacer más énfasis a qué nos referimos. El cuadro local presentaba variantes, todos los jugadores se movían, haciendo difícil que la defensa brasileña supiera donde se encontraría el balón a la próxima jugada. Cambios de juego, paredes, jugadas por la banda, toques por el centro, en fin, una serie de movimientos que puso locos a los brasileños.

     4) Los goles tempraneros: si bien es cierto no se puede decir que fueron de vestidor (es decir, en los primeros 5 minutos), Brasil no esperaba tener al minuto 30 una diferencia de 2 goles. Esto animó mucho al equipo mexicano, dando muestra de que se podía conseguir el campeonato.

     5) Cuauhtémoc Blanco: el “10” cumplió con su tarea, metiendo un gol, dando pases, generando espacios, dando ideas, nunca rindiéndose. Salió inspirado, como en la mayoría de los partidos de su carrera.

Al final, podemos reflexionar sobre éste partido, y concluir que nada es imposible, que hay que tener hambre de triunfo, esfuerzo, entrega, pasión y mucha fortaleza mental para poder superarse y vencer al adversario. Y en lo futbolístico, resaltar que no es nuevo que México tenga grandes actuaciones a nivel mundial, han pasado 13 años de ésta final y se han logrado muchas cosas, y tal vez, en un futuro no muy lejano, ya no se hable de que México no pasa al quinto partido, sino que es campeón del mundo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario